En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha mostrado su enorme potencial en diversas áreas, y su adopción por los equipos de sostenibilidad de grandes empresas como L’Oréal, Philips, Salesforce y Tesla es un claro ejemplo de esto. A pesar de las preocupaciones sobre el considerable consumo energético que requieren los centros de datos utilizados para ejecutar los algoritmos de IA, su capacidad para optimizar la toma de decisiones y automatizar la recolección de datos ha demostrado ser fundamental en la lucha contra el cambio climático.
Lejos de frenar el entusiasmo por esta tecnología, las preocupaciones sobre su impacto ambiental han sido consideradas como desafíos que deben abordarse en lugar de razones para evitar su adopción. Los responsables de políticas, profesionales de sostenibilidad y consultores que participaron en la Semana del Clima en Nueva York, destacaron cómo la IA puede identificar con precisión los riesgos climáticos y las prioridades para la reducción de emisiones, algo que no era posible con anterioridad. Según un informe de PwC, los ingresos globales derivados de la infraestructura, servicios y análisis relacionados con la IA podrían alcanzar los 15.7 billones de dólares para el año 2030.
Aplicaciones Prácticas de la IA en la Sostenibilidad Corporativa
Uno de los ejemplos más emblemáticos del uso de la IA en temas relacionados con la sostenibilidad es el caso de la isla de Fiji, que empleó inteligencia artificial y datos geoespaciales de libre acceso para obtener financiamiento en menos de un año para construir un sistema de muros naturales que protejan a las comunidades locales de la creciente amenaza del aumento del nivel del mar. Este ejemplo fue citado por Patricia Scotland, secretaria general de la Commonwealth, quien resaltó que estamos en un momento crucial donde los avances tecnológicos, como la IA, pueden escribir un nuevo capítulo en la historia de la humanidad.
Además, más de 750 startups que trabajan en áreas como la agricultura, la captura de carbono, el desarrollo de energía limpia y la gestión de residuos han adoptado la IA como su herramienta principal para abordar los problemas climáticos. Empresas tecnológicas de renombre como Nvidia han brindado apoyo a estas startups, en colaboración con gigantes de la nube como Amazon Web Services, Google y Microsoft, impulsando el desarrollo de aplicaciones que van desde la modelización de riesgos climáticos hasta la captura de carbono.
Un caso destacado es Tomorrow.io, una startup con sede en Boston que utiliza radares espaciales para ofrecer análisis climáticos predictivos y datos de resiliencia a empresas como Ford, Google, JetBlue, Microsoft y Uber. Gracias a su enfoque innovador, ha logrado recaudar cerca de 260 millones de dólares para continuar desarrollando su tecnología.
Los Retos Energéticos de la Inteligencia Artificial en la Lucha Contra el Cambio Climático
Sin embargo, la adopción masiva de la inteligencia artificial no está exenta de desafíos. Los centros de datos que alimentan los modelos de IA son conocidos por su alto consumo energético, representando aproximadamente el 2% de las emisiones globales, una cifra comparable a la de la aviación. A medida que la demanda de IA crece, también lo hace la preocupación por el impacto ambiental de los centros de datos.
En respuesta a estas inquietudes, algunas empresas están implementando medidas para reducir su huella de carbono. Por ejemplo, Salesforce ha comenzado a limitar el tamaño y el alcance de los modelos de aprendizaje que utiliza para minimizar el consumo de energía. Además, se están promoviendo el uso de energías renovables para alimentar los centros de datos en regiones donde actualmente hay un acceso limitado a estas fuentes de energía limpia.
La clave, según expertos como Gavin McCormick, director ejecutivo de WattTime, radica en ser selectivo con los conjuntos de datos y optar por energías renovables. McCormick destaca que, aunque la IA tiene el potencial de agravar la crisis climática, también puede ser un recurso crucial para mitigarla si se utilizan prácticas responsables en su implementación.
En este sentido, la tecnología está demostrando ser una herramienta poderosa para los equipos de sostenibilidad. Empresas como Philips han utilizado la IA para ahorrar tiempo y recursos al seleccionar proveedores con base en los riesgos de emisiones, mientras que Tesla, a través de la plataforma Climate Trace, está optimizando sus decisiones sobre ubicación de proveedores según las fuentes de energía utilizadas en distintas regiones. Asimismo, L’Oréal ha implementado IA para monitorear de cerca los impactos medioambientales de las materias primas utilizadas en sus productos, evaluando aspectos como el estrés hídrico y la biodiversidad.
Un Futuro Prometedor para la IA en la Sostenibilidad
A medida que la IA sigue evolucionando, su capacidad para automatizar decisiones y proporcionar información precisa será cada vez más valiosa en la lucha contra el cambio climático. «Estamos en el umbral de un cambio tecnológico que nos permitirá escribir un capítulo completamente nuevo», expresó Patricia Scotland, subrayando la oportunidad única que tenemos ante nosotros.
Si bien las preocupaciones sobre el impacto energético de la IA son reales y deben abordarse, lo cierto es que esta tecnología tiene el potencial de transformar la forma en que las empresas y los gobiernos abordan la crisis climática. Desde la creación de infraestructuras sostenibles hasta la optimización de cadenas de suministro y la predicción de riesgos climáticos, la IA está demostrando ser una herramienta esencial para crear un futuro más sostenible.