Inteligencia Artificial

El CEO de SAP advierte a la Unión Europea sobre la sobre-regulación de la inteligencia artificial

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Christian Klein, director ejecutivo de SAP, la mayor empresa de software de Europa, ha lanzado una advertencia a los legisladores de la Unión Europea sobre el peligro de imponer demasiadas regulaciones en el campo de la inteligencia artificial (IA). En un contexto en el que esta tecnología emergente está transformando diversas industrias, Klein destaca que la sobre-regulación podría empeorar la competitividad europea frente a otros mercados como el estadounidense, que se encuentra más avanzado en esta área.

El temor a un desbalance competitivo

Durante una visita a Silicon Valley, Christian Klein manifestó su preocupación al Financial Times, declarando: «Estoy totalmente en contra de regular la tecnología; eso perjudicaría mucho la competitividad de Europa. Si puedo probar mejor mis modelos de IA aquí (en Estados Unidos), pero en Europa no es posible por las regulaciones, entonces estarás en una desventaja masiva».

El temor de Klein radica en que las restricciones a la utilización de datos para desarrollar modelos de inteligencia artificial podrían frenar la innovación en Europa, mientras que en Estados Unidos, donde la regulación es menos estricta, las empresas tecnológicas podrían avanzar más rápido. Este escenario incrementaría la brecha ya existente entre ambos continentes en cuanto a innovación y desarrollo tecnológico.

Además, Klein se refirió al creciente papel de la inteligencia artificial en el sector del software empresarial, destacando que competidores como Salesforce y Oracle ya están integrando IA generativa en sus servicios, utilizando chatbots y agentes que pueden procesar comandos en lenguaje natural. En contraste, las compañías tecnológicas en Europa enfrentan mayores restricciones con la nueva Ley de Inteligencia Artificial de la UE, que tiene como objetivo regular los grandes modelos de lenguaje y otros desarrollos avanzados.

SAP y su apuesta por la IA

A pesar de las dificultades regulatorias, SAP ha continuado invirtiendo en inteligencia artificial, con un presupuesto anual de 2.000 millones de euros. Aunque esta cifra parece modesta en comparación con los gigantes tecnológicos de Estados Unidos, que han gastado 100.000 millones de dólares en IA este año, SAP se enfoca en áreas específicas y no busca competir directamente con los «hiperescalares» estadounidenses, que poseen vastos centros de datos y desarrollan modelos de IA de frontera.

Klein destacó que la estrategia de SAP no pasa por rastrear toda la internet con modelos de lenguaje masivos, sino más bien por ofrecer soluciones precisas para las empresas en áreas como la optimización de la cadena de suministro y los procesos comerciales. El desarrollo más reciente de la compañía es su chatbot llamado «Joule», que tiene la capacidad de escribir código, actuar como consultor interno y sugerir mejoras en los procesos empresariales.

SAP también busca atraer talento de ingeniería en Estados Unidos, abriendo laboratorios cerca de universidades como UCLA, Berkeley y Stanford, y ha invertido directamente en start-ups de inteligencia artificial generativa como Anthropic y Cohere.

Reinvención y el futuro de SAP

La inteligencia artificial es solo la última etapa en la evolución de SAP, una empresa con más de 50 años de historia. En la última década, SAP ha pasado de ser una compañía centrada en licencias basadas en mainframe a ofrecer aplicaciones en la nube que supervisan desde la contabilidad hasta la gestión de recursos humanos y la cadena de suministro.

Actualmente, solo un tercio de los 400.000 clientes de SAP han migrado a la nube, pero Klein asegura que hay una larga lista de espera. Los clientes que hacen el cambio tienden a gastar más y generar ingresos recurrentes en un 80%. De hecho, en julio de este año, SAP reportó un crecimiento del 10% en sus ingresos del segundo trimestre, alcanzando los 8.290 millones de euros, impulsado en gran medida por el aumento en las ventas de servicios en la nube.

A pesar de este éxito financiero, SAP ha enfrentado problemas internos, especialmente en Alemania, donde una reciente encuesta reveló que el 51% de los empleados estaría dispuesto a dejar la empresa para trabajar con un competidor, y solo el 38% expresó «plena confianza» en la junta directiva.

Ante esta situación, Klein implementó un programa de reestructuración enfocado en la IA, que afectó inicialmente a 8.000 empleados, número que subió a 10.000 en julio. Sin embargo, solo el 15% de los empleados considera que estas medidas han mejorado sus condiciones laborales.

En resumen, mientras que SAP continúa su apuesta por la inteligencia artificial como motor de crecimiento y competitividad, Klein insiste en que la regulación en Europa debe centrarse en los resultados, no en la tecnología en sí, para evitar que el continente quede rezagado frente a sus competidores globales.

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