La popular aplicación de videos cortos TikTok experimentó un giro drástico en la noche del sábado cuando, de manera repentina, dejó de funcionar para millones de usuarios en Estados Unidos. Este acontecimiento fue consecuencia de la entrada en vigor de una ley federal que prohíbe su uso en territorio estadounidense. Sin embargo, para sorpresa de muchos, la compañía comenzó a restaurar el servicio hacia el mediodía del domingo, generando incertidumbre sobre el futuro definitivo de la plataforma y la factibilidad de un acuerdo con las autoridades.
Las causas detrás de la desaparición y el rol de la Casa Blanca
Desde el sábado en la noche, los usuarios de TikTok recibieron un mensaje que advertía la imposibilidad de utilizar la app debido a la reciente aprobación de la ley que la restringe. La notificación señalaba: “Una ley que prohíbe TikTok ha sido promulgada en EE. UU. Desafortunadamente, esto significa que no puedes usar TikTok por ahora”. Poco después, la aplicación también desapareció de las tiendas digitales de Apple y Google, aunque algunos usuarios aún podían acceder a TikTok a través del navegador web el domingo por la mañana.
Detrás de esta prohibición se halla la preocupación de que la compañía dueña de TikTok, ByteDance, pueda estar sujeta a supuestas prácticas de vigilancia y propaganda por parte del gobierno chino. Estas sospechas propiciaron, el pasado abril, la aprobación de una ley en el Congreso que obliga a ByteDance a vender la aplicación o enfrentar el veto total en territorio estadounidense. En aquel momento, el presidente Joe Biden firmó la ley con rapidez, alimentando el debate sobre la forma en que Estados Unidos maneja las aplicaciones extranjeras y sus potenciales riesgos de seguridad.
Sin embargo, la situación se ha visto enrevesada por una serie de decisiones y posturas políticas encontradas. Originalmente, el gobierno de Biden parecía inclinado a no ejecutar inmediatamente el veto, pero el fallo de la Corte Suprema, emitido el viernes, ratificó la validez de la ley que bloquea la operación de TikTok. Ante la inminente transición presidencial, la Casa Blanca declaró que la implementación de la medida quedaría en manos de la próxima administración, aludiendo a la falta de tiempo suficiente para intervenir antes del cambio de gobierno.
Perspectivas de un acuerdo y la reaparición del servicio
La incertidumbre escaló cuando TikTok advirtió que el servicio se volvería inaccesible si no recibía una garantía contundente de que la Administración Biden no aplicaría la prohibición. Al no percibir esa “declaración definitiva”, la empresa optó por “apagarse” en Estados Unidos. Funcionarios de la Casa Blanca calificaron la reacción de TikTok como “un truco” y aseguraron que no había razones para que la plataforma o sus proveedores se retiraran antes del traspaso de poderes.
En paralelo, las declaraciones sobre el futuro de TikTok han sido ambiguas. Se menciona la posibilidad de una venta de la aplicación o la conformación de un acuerdo que incluya nuevos socios, con un reparto de la propiedad que alcance hasta la mitad de la participación para inversores estadounidenses. Figuras del ámbito tecnológico y financiero, como el multimillonario Frank McCourt e incluso empresas especializadas en inteligencia artificial, han manifestado interés en adquirir la plataforma, motivados por la enorme base de 170 millones de usuarios de TikTok en Estados Unidos.
No obstante, en las últimas horas, hubo indicios de una restauración parcial del servicio, y se espera que la nueva administración dé señales más claras de su disposición a negociar. Se especula que el presidente entrante podría firmar una orden ejecutiva el lunes para posponer la prohibición durante 90 días, lo que proporcionaría una ventana temporal para que ByteDance y las autoridades exploren una solución definitiva y, a la vez, eviten la pérdida de millones de usuarios que migran a aplicaciones rivales.
Mientras tanto, otras plataformas chinas —como RedNote y Lemon8, también propiedad de ByteDance— han incrementado su popularidad entre quienes buscan alternativas a TikTok. Sin embargo, estas apps se encuentran incluidas en la misma prohibición, lo que pone en evidencia el alcance de la ley y refuerza las dudas sobre la política de Estados Unidos frente a compañías tecnológicas extranjeras.
El desenlace de esta historia aún está por escribirse. TikTok ha demostrado poseer una capacidad de resiliencia notable, al tiempo que millones de usuarios permanecen a la expectativa de lo que sucederá con su plataforma predilecta para la creación y el disfrute de contenido. Por ahora, el futuro de la aplicación en Estados Unidos se debate entre el conflicto legal, las negociaciones políticas y las esperanzas depositadas en un eventual acuerdo que le permita seguir operando sin contratiempos.