SpaceX continúa innovando en la industria espacial, y uno de los próximos hitos de la compañía es la prueba de transferencia de propulsor entre dos Starships en órbita, prevista para marzo del próximo año. Esta prueba técnica es fundamental para el futuro de la empresa y de la NASA, ya que representa un paso importante hacia un aterrizaje no tripulado en la Luna. La NASA tiene puestas sus esperanzas en Starship para devolver a los humanos al satélite bajo el programa Artemis, con el primer aterrizaje de astronautas planeado para septiembre de 2026.
El programa Artemis ha encargado a SpaceX la construcción de dos vehículos Starship capaces de transportar tripulación, una misión que implica una inversión de 4.05 mil millones de dólares. Bajo este contrato, SpaceX deberá demostrar que puede llevar astronautas hasta la superficie lunar, algo que no se ha logrado desde la era del programa Apolo. Según Kent Chojnacki, subgerente del programa de Sistema de Aterrizaje Humano (HLS) de la NASA, los avances de SpaceX en pruebas de Starship son esenciales para alcanzar este objetivo, y la NASA sigue de cerca cada lanzamiento y test de la nave.
Estrategias distintas: SLS vs. HLS
La NASA ha implementado enfoques diferentes para sus dos programas espaciales: el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) y el Sistema de Aterrizaje Humano (HLS), del cual Starship es parte. Mientras el SLS, un proyecto tradicional de la NASA, se construye con contratos de «costo más», que implican un pago base más gastos adicionales, el HLS de SpaceX opera bajo un modelo de «precio fijo», donde la compañía recibe un pago único de 2.99 mil millones de dólares si cumple con hitos específicos.
El enfoque de «costo más» del SLS ha recibido críticas por fomentar largos tiempos de desarrollo y elevados costos. En cambio, el contrato del HLS permite a SpaceX establecer hitos adicionales para recibir pagos, incluyendo la demostración de transferencia de propulsor entre Starships. Esta transferencia es una prueba fundamental en el plan de SpaceX, ya que abre la puerta a transportar grandes cantidades de carga más allá de la órbita terrestre, lo cual es clave para misiones espaciales de mayor envergadura.
Chojnacki destaca que el programa SLS sigue el enfoque tradicional de la NASA, con estrictos requisitos dictados por la agencia y una supervisión detallada. En contraste, el programa HLS es más flexible y adaptado a las innovaciones de SpaceX, con solo 27 requisitos clave. Además, la NASA ha adoptado una postura menos rígida en cuanto a los detalles técnicos, permitiendo que SpaceX proponga su propio proceso de prueba y diseño. Este enfoque ha permitido que SpaceX avance con mayor rapidez, demostrando una eficiencia que los programas tradicionales de la NASA no han alcanzado.
Hitos futuros y colaboración con NASA
SpaceX alcanzó un logro notable en su reciente prueba de octubre, cuando logró recuperar el cohete propulsor Super Heavy en el aire usando las “chopsticks” de la torre de lanzamiento. Cada lanzamiento y prueba proporciona nuevos conocimientos, según afirma Chojnacki, y la colaboración entre NASA y SpaceX ha permitido realizar aportes en varias áreas del diseño de Starship, como sus componentes criogénicos y las baldosas térmicas, las cuales ayudan a mantener los combustibles a temperaturas ultrabajas.
La siguiente gran prueba para Starship será la Revisión Crítica de Diseño (CDR), programada para el verano de 2025, donde la NASA certificará el cumplimiento de los 27 requisitos establecidos para el HLS. Los astronautas de la NASA también están involucrados en la preparación de esta misión y se reúnen mensualmente con SpaceX para ofrecer recomendaciones sobre el diseño de la cabina. SpaceX está trabajando en prototipos de la cabina para la tripulación, incluyendo áreas de descanso y laboratorios, que se están desarrollando en Boca Chica, Texas.
Si todo sigue según el plan, el esperado aterrizaje de Starship en la Luna tendrá lugar en septiembre de 2026. Según Chojnacki, no hay obstáculos significativos en el camino, aunque algunos de los componentes y pruebas son innovaciones de primera vez. La NASA y SpaceX están comprometidas con los planes y pruebas necesarios para demostrar la viabilidad de estas tecnologías.