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Meta presenta las gafas inteligentes Ray-Ban Display

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En un auditorio abarrotado en Menlo Park, Mark Zuckerberg se subió al escenario con un par de gafas aparentemente comunes. A primera vista, nada diferenciaba esas Ray-Ban de cualquier modelo clásico de la marca italiana. Sin embargo, lo que el director ejecutivo de Meta sostenía en sus manos representaba el último intento de Silicon Valley por redefinir la interacción entre humanos y tecnología. Se trataba de las Meta Ray-Ban Display, las primeras gafas inteligentes de la compañía con una pantalla integrada, que llegarán al mercado el 30 de septiembre con un precio de 799 dólares.

El dispositivo incorpora un pequeño panel digital que se activa y controla mediante gestos de la mano, gracias a una pulsera neural que traduce impulsos musculares en comandos digitales. Meta ha bautizado a este accesorio como Neural Band, y es la pieza que busca diferenciar sus gafas de anteriores intentos fallidos en la industria. La idea, en palabras de Zuckerberg, es sencilla: “Son gafas con el estilo icónico de Ray-Ban, pero las primeras con inteligencia artificial y un sistema de control neural completo”.

La pantalla, discreta y transparente, no obstruye la visión del usuario y desaparece cuando no está en uso. Desde responder mensajes hasta ver un vídeo en movimiento, la propuesta de Meta se presenta como un puente entre la realidad física y los primeros pasos hacia la realidad aumentada de consumo masivo.

Un ecosistema de productos para distintos públicos

Las Ray-Ban Display no llegaron solas. Meta aprovechó su evento anual Connect para reforzar una estrategia que combina distintos segmentos de mercado. Por un lado, presentó las Oakley Meta Vanguard, un modelo pensado para deportistas de alto rendimiento en disciplinas como snowboard o ciclismo de montaña. Con un diseño envolvente y lentes de colores que rodean las sienes, estas gafas ofrecen hasta nueve horas de batería, grabación en 3K y la posibilidad de sincronizarse con relojes Garmin para monitorizar datos biométricos. Su precio, 499 dólares, refleja el intento de Meta de ocupar un nicho deportivo en el que Oakley ya goza de prestigio.

Junto a ellas se lanzó la segunda generación de las Ray-Ban Meta tradicionales, ahora con más autonomía —ocho horas de uso— y una cámara capaz de grabar en 3K Ultra HD. Con un precio más accesible, 379 dólares, estas gafas buscan ampliar la base de usuarios que quieren experimentar con la tecnología sin dar aún el salto a la pantalla integrada.

En paralelo, Zuckerberg anunció Horizon TV, una plataforma pensada para consumir series, películas y eventos deportivos a través de los cascos de realidad virtual Quest. Disney y Universal figuran entre los socios iniciales, lo que sugiere que Meta busca consolidar un ecosistema en el que gafas inteligentes y entretenimiento inmersivo convivan bajo una misma visión.

El camino hacia la realidad aumentada de consumo

El lanzamiento de las Meta Ray-Ban Display es, en realidad, un paso intermedio hacia un objetivo mucho más ambicioso. El año pasado, la compañía mostró un prototipo de gafas de realidad aumentada, conocidas internamente como Orion, capaces de proyectar objetos 3D en el campo visual. Sin embargo, los altos costes de fabricación y la complejidad técnica han retrasado su llegada al mercado.

La estrategia actual de Meta parece responder a una lógica pragmática: introducir a los consumidores en pequeños pasos hacia un futuro donde las pantallas desaparezcan y el acceso a la información sea ubicuo y sin fricciones. Las gafas Display son menos futuristas que Orion, pero mucho más comercializables. Con su precio y diseño reconocible, Meta apuesta por un producto que no intimide al usuario promedio.

No obstante, el camino no está exento de tropiezos. Durante la demostración en vivo, Zuckerberg intentó llamar repetidamente a Andrew Bosworth, jefe de tecnología de la empresa, sin éxito. El episodio arrancó risas nerviosas y recordó que, pese al atractivo de la narrativa, la fiabilidad de la experiencia será lo que determine su éxito.

Una apuesta que va más allá del hardware

Desde 2019, Meta colabora con el gigante de la óptica EssilorLuxottica en el diseño y producción de estos dispositivos. La alianza, renovada el año pasado, refleja una estrategia a largo plazo: construir una categoría de producto que pueda redefinir tanto la informática personal como la identidad social digital.

El reto, sin embargo, es doble. Por un lado, convencer a los consumidores de que realmente necesitan otro dispositivo portátil, en un momento en que los smartphones ya concentran gran parte de la atención. Por otro, demostrar que el negocio puede generar márgenes sostenibles, algo que la compañía no logró con la primera generación de sus cascos Oculus ni con proyectos experimentales de realidad virtual.

Para Zuckerberg, la apuesta por las gafas no es únicamente un producto más, sino un movimiento estratégico que conecta con su narrativa del metaverso y con la ambición de que Meta deje de ser percibida únicamente como la empresa detrás de Facebook e Instagram.

El mercado, en todo caso, tendrá la última palabra. Si las gafas logran convertirse en un objeto aspiracional y útil, Meta habrá dado un paso crucial hacia la computación del futuro. Si no, el lanzamiento podría unirse a la larga lista de innovaciones tecnológicas que entusiasmaron en el escenario, pero nunca lograron salir de la vitrina.

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