Google ha dado un golpe de efecto en el mercado móvil con la presentación de su nueva familia de teléfonos Pixel 10, en la que la inteligencia artificial ocupa un lugar central. La compañía de Mountain View no solo presentó varios modelos —incluyendo el Pixel 10, el Pixel 10 Pro, el Pro XL y el Pro Fold—, sino que también mostró cómo su asistente Gemini y un conjunto de funciones basadas en IA buscan redefinir la experiencia del usuario en un sector dominado históricamente por el hardware.
Con precios que parten desde los 799 dólares en la versión básica y que ascienden hasta los 1.799 dólares en la variante plegable, Google refuerza su papel de escaparate tecnológico. Aunque su cuota de mercado en smartphones sigue siendo reducida frente a gigantes como Apple o Samsung, los Pixel funcionan como laboratorio para demostrar lo que Android puede lograr cuando se combina con la más avanzada inteligencia artificial desarrollada dentro de la propia Alphabet.
IA como arma competitiva: Gemini contra Siri
El centro de la estrategia es Gemini, el modelo conversacional de Google DeepMind que ya se ha ganado la reputación de superar en varios aspectos a la suite de Apple Intelligence. A diferencia de Siri, cuya gran actualización se retrasó hasta 2026, Gemini está disponible hoy y puede mantener conversaciones naturales, gestionar calendarios, anticipar necesidades y ofrecer información en tiempo real.
Entre las novedades más llamativas destaca “Magic Cue”, una función capaz de anticiparse al usuario. Si alguien marca el número de una aerolínea, el sistema despliega automáticamente los detalles del vuelo y sugiere acciones relevantes, como acceder al pase de abordar o comprobar el estado del aeropuerto. Este enfoque contextual pretende reducir fricciones y convertir el smartphone en un asistente proactivo, más que en una simple herramienta de consulta.
Google también presentó “Gemini Live”, una función que permite al teléfono dialogar con el usuario sobre lo que aparece en pantalla, apoyándose en tecnologías de reconocimiento visual heredadas del proyecto Astra. Esto convierte al dispositivo en una especie de compañero interactivo que puede explicar, analizar o comparar información visual en tiempo real.
En el apartado fotográfico, otro terreno donde Google siempre ha buscado diferenciarse, llega “Camera Coach”, un asistente que describe escenas, recomienda ángulos y condiciones de luz, e incluso combina varias tomas para crear una imagen final donde todos los retratados aparezcan en su mejor versión.
El salto al formato plegable y la visión a largo plazo
El modelo Pixel 10 Pro Fold, con una pantalla interna de 8 pulgadas y un sistema de bisagra reforzada, representa la entrada más ambiciosa de Google en el competitivo segmento de los dispositivos plegables. La compañía presume de una resistencia mejorada con doble capa protectora contra impactos y un diseño que promete soportar más de diez años de uso intensivo. La apuesta no es casual: Samsung ha encontrado en su gama Galaxy Z Fold una vía para atraer a usuarios premium, y los analistas anticipan que Apple lanzará su primer iPhone plegable en 2026.
Con este movimiento, Google no solo busca atraer a los entusiastas de la innovación tecnológica, sino también reforzar la idea de que el futuro del smartphone dependerá menos del tamaño de la pantalla y más de la inteligencia que incorpore el dispositivo.
La compañía además ofrecerá un año gratuito de su plan “AI Pro”, valorado en 19 dólares mensuales, que da acceso prioritario a productos experimentales como NotebookLM o Veo 3, además de almacenamiento adicional. Esto refleja otro objetivo estratégico: convertir el hardware en la puerta de entrada hacia un ecosistema de suscripciones de inteligencia artificial.
¿Un cambio real en el mercado o un laboratorio de ideas?
A pesar del despliegue tecnológico, la gran incógnita es si la inteligencia artificial será suficiente para alterar las dinámicas del mercado. Hasta ahora, ningún fabricante ha logrado demostrar que las funciones de IA se traduzcan en un aumento sustancial de ventas o en migraciones masivas desde iOS hacia Android. Apple conserva una base de usuarios extremadamente fiel, y Samsung continúa liderando el sector en innovación de hardware.
No obstante, la historia de la tecnología está llena de ejemplos en los que una única función disruptiva cambió la trayectoria de un producto. Google parece apostar a que, tarde o temprano, alguna de estas capacidades de Gemini —ya sea la anticipación de necesidades, el asistente visual en tiempo real o la cámara inteligente— se convierta en un argumento de peso para los consumidores.
Para Alphabet, los Pixel son mucho más que una línea de teléfonos: son un escaparate del futuro que imaginan sus ingenieros. La batalla contra Apple no se libra únicamente en las cifras de ventas de hardware, sino en quién logra imponer la próxima plataforma de interacción entre humanos y máquinas. Si Gemini cumple la visión expresada por Demis Hassabis —un asistente universal capaz de operar en cualquier dispositivo o contexto—, el Pixel 10 podría marcar el comienzo de un cambio profundo en la relación entre usuarios y tecnología móvil.